Colas de marea y materia oscura en las galaxias satélites de la Vía Láctea
    Por:   David Martínez Delgado






     
     

    En el contexto de la formación jerarquizada de galaxias se prevé que la fusión de galaxias enanas haya desempeñado un papel relevante en la formación de las grandes galaxias y de la Vía Láctea en particular. En los ultimos años,  se han acumulado evidencias observacionales acerca de la existencia de estos procesos en el halo de nuestra Galaxia, que sugieren que su formación podría extenderse hasta nuestros días. Esta hipótesis  es también apoyada  por los resultados de los modelos dinámicos de destrucción de galaxias enanas, que indican que estos procesos pueden dejar trazas identificables en el halo que permanecerían visibles durante miles de millones de años.  Esta línea  de investigación se centra en el estudio de estos procesos de destrucción y en el papel que desempeñan en la formación de nuestra Galaxia.
     
     
     


     
     
     

    El descubrimiento, en 1994, de la galaxia enana de Sagitario, la más próxima de las satélites de la Vía Láctea (su centro está a 15 kpc del centro de nuestra galaxia) fue trascendental para el estudio de la destrucción de las galaxias enanas en el pozo de potencial de la Vía Láctea. Esta galaxia se encuentra en una fase muy avanzada de esta destrucción y su proximidad permite un estudio sin precedentes de este proceso y la verificación de los modelos dinámicos.

    El estudio de la destrucción de otras galaxias esferoidales (dSph) satélites de nuestra Galaxia más alejadas es fundamental para comprender su papel en la formación del halo externo y dar respuesta a algunas cuestiones abiertas acerca de la dispersión en edad y el contenido en materia oscura del halo Galáctico. Por otra parte, existe un debate abierto acerca de la la existencia de grandes dispersiones de velocidad en estas galaxias dSph, para los que existe un acuerdo general que son debidas a la presencia de grandes cantidades de materia oscura. Este proyecto tiene como objetivo la búsqueda de colas de marea en las galaxias enanas satélites de la Vía Láctea y su estudio cinemática, con objeto de estudiar su disolución en el halo y poner límites a su contenido en materia oscura.
     
     
     
     
     


    Descubrimiento de una cola de marea en la galaxia enana Ursa Minor



    La galaxia enana de Ursa Minor  es una de las más próximas a la Vía Lactea  y una candidata a estar en la fase terminal de su completa destrucción por las
    fuerzas de marea de la Vía Láctea.  Además, es junto con Draco, la galaxia satelite con la relación masa-luminosidad más alta, sugiriendo que posee grandes cantidades de materia oscura.

               Usando la cámara de gran campo del telescopio Isaac Newton (2.5m), hemos llevado a cabo una búsqueda de estrellas  pertenecientes a Ursa  Minor
    que se encuentran más allá de su radio de marea y que. por lo tanto, podrían pertenecer a una posible cola de marea de esta galaxia. Para ello, usamos el
    diagrama color-magnitud de la galaxia a distintos radios.  El hallazgo de estrellas de la rama horizontal y de la secuencia principal de UMi más allá de los
    límites de la galaxia indican que se encuentra en un avanzado  estado de destrucción por las fuerzas de marea de la galaxia.
     

     
     
     
     

     

    La presencia de subestructura en el cuerpo principal de Ursa Minor  refuerza la idea de que  este satélite de la Vía Láctea se está disolviendo en el halo Galáctico
    por la acción de las fuerzas de marea de nuestra Galaxia.  Esto es muy importante para interpretar las altas dispersiones de velocidad observadas en esta galaxia, que
    son consideradas como la prueba de que  UMi contiene grandes cantidades de materia oscura. Si esta subestructura es real, es muy posible que la galaxia
    no este en equilibrio virial y la hipótesis de su alto contenido en materia oscura se debilitaria.

            Actualmente estamos trabajando con los modelos teóricos para evaluar el contenido en materia oscura  en UMi, a la vista de estos nuevos intrigantes resultados.
     


     



     
    Colaboradores

      Antonio Aparicio (IAC), Javier Alonso-García (Universidad de Michigan), Maria Angeles Gómez-Flechoso (Observatorio de Ginebra), Mario Mateo (Universidad de  Michigan)