Cuestionan la existencia del sistema de estrellas "cinturón de Gould" PDF Imprimir
Jueves 06 de Agosto de 2009 10:39

Mapa de los objetos más brillantes de la Vía Láctea sobre el plano de la misma. Se aprecia que las regiones dominantes del cinturón de Gould son Orión y Escorpión-Lobo-Centauro que, según este trabajo, constituyen regiones con distinto origen.

- El cinturón de Gould es un disco de gas y estrellas gigante descubierto en 1874

- El estudio concluye que, en realidad, se trata de dos sistema distintos alineados de forma transitoria

- Según los autores, la concepción del cinturón como un cuerpo único se debe a la visión “localista” que hace el ser humano del universo



Según la teoría más aceptada, el Cinturón de Gould es un sistema de estrellas brillantes de unos 3.000 años luz de diámetro que rota sobre sí mismo al tiempo que se expande y que sólo es visible desde La Tierra en el hemisferio sur. Sin embargo, un estudio, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), desvela que la estructura no reúne las condiciones para formar un sistema de estrellas único. Los autores sugieren que, en realidad, el Cinturón de Gould es una alineación transitoria de dos grupos de estrellas convertidos en un sólo cuerpo por el punto de vista del ser humano.


El investigador del CSIC Emilio J. Alfaro, miembro Consolider-GTC  de los equipos ESTALLIDOS y OTELO y que trabaja en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), en Granada, resume las conclusiones del estudio, publicado en la revista monthly NOtices of the Astronomical Socitey: “Nuestro trabajo sugiere que el cinturón de Gould es producto de la tendencia humana a ver un triángulo donde sólo hay tres puntos”. Según explica, el descubrimiento de este sistema de estrellas respondería al mismo fenómeno que originó las constelaciones: las antiguas civilizaciones trazaron líneas imaginarias entre estrellas próximas hasta formar figuras con las que componer la bóveda celeste. “El cinturón de Gould, según los resultados, sería una ‘superconstelación’, producto de nuestra visión todavía antropogénica y localista del Universo”, añade.


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El plano de la Vía Láctea, con la forma del Cinturón de Gould delimitada sobre ella. Las estrella indica inferior derecha marca la situación de Orión, y las tres estrellas centrales agrupadas la de Escorpión-Lobo-Centauro. Fuente: NASA.

 

Descubierto por el astrónomo inglés John Herschel en 1874, el cinturón de Gould sólo puede observarse desde el hemisferio sur. Desde que el astrónomo estadounidense Benjamín Gould, a quien debe su nombre, retomara su estudio en 1879, se han sucedido numerosos trabajos de análisis de su estructura y movimiento, además del desarrollo de una teoría que explicara su origen. La opinión más asentada lo identifica como un disco de gas y estrellas, con una masa de un millón de veces la del Sol, situado entre dos grupos de estrellas bien definidos: el de Orión, en su extremo sur, y la asociación Escorpión-Lobo-Centauro, en el norte.

 

Mapa de los objetos más brillantes de la Vía Láctea sobre el plano de la misma. Se aprecia que las regiones dominantes del cinturón de Gould son Orión y Escorpión-Lobo-Centauro que, según este trabajo, constituyen regiones con distinto origen.

Un fenómeno transitorio   

Para determinar su existencia, los autores analizaron los ‘cúmulos abiertos jóvenes’, agrupaciones de entre decenas y miles de estrellas nacidas de una misma nube de gas, en el cinturón de Gould. “Las teorías de formación estelar afirman que las estrellas nacen a partir de enormes nubes de gas, cuya contracción y colapso va generando poblaciones estelares como los cúmulos abiertos. Partíamos de la hipótesis de que, si el cinturón de Gould fuera un sistema coherente, debería mostrar una distribución más o menos uniforme en sus dos regiones dominantes”, apunta Alfaro.


Sus observaciones confirmaron justo lo contrario. Mientras que la región de Orión es rica en cúmulos, el extremo de Orión y Escorpión-Lobo-Centauro tiene una densidad casi nula de este tipo de objetos. Este resultado se suma a la diferente velocidad de ambos grupos estelares, cuya explicación resulta imposible con los modelos actuales. “Todo ello apunta a que estas dos regiones de formación estelar han tenido un origen diferente y que su posición actual, en la que parecen formar un único sistema, es sólo un fenómeno transitorio y casual”, concluye el investigador.


El trabajo forma parte del proyecto CONSOLIDER-GTC, y responde a los objetivos científicos del programa “Estallidos de Formación Estelar”.

 


Un cúmulo abierto de la región de Orión. Fuente: Telescopio Espacial Hubble.


Más información:
Emilio J. Alfaro, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC)
Teléfono de contacto: 958230568
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